¿Populismo, dicen? ¿Qué populismo?
¿Pensiones mantenidas por la “firme voluntad política” por encima de la tasa de sustitución y bastante más altas que el salario estadístico del promedio real? ¿Prejubilaciones de oro?
¿Qué populismo? ¿Sistema escolar todo a cien? ¿Aprobado general porque sí, “de la cuna a la sepultura”? ¿Becas generales con 5 raspado?
¿Populismo, dicen? ¿Sentencias judiciales “ad libitum”? ¿Legislaciones “ad hoc”?
¿Qué populismo? ¿El AVE en Orejilla del Sordete? ¿Autovías privatizadas, luego “nacionalizadas” y a continuación vueltas a privatizar?
¿Populismo, dicen? ¿Crédito hipotecario sin ahorro? ¿Los mejores hospitalizados privatizados?
¿Qué populismo? ¿El de los Ayuntamientos, el de las CCAA o el del “Gobierno de España”?
¿Qué populismo? ¿El de las oposiciones amañadas, el de los jueces elegidos a dedo por “afinidades electivas” y “obras son amores, que no buenas razones”? ¿El de los inspectores espiando a uno para chivarse a otro que chantajea a un tercero que persigue a un cuarto que oculta informes sobre un quinto que coacciona a un sexto que amenaza con destapar a un séptimo que contrató al primero?
¿Populismo, dicen? ¿Acciones vendidas anticipadamente por un soplo de aire para perjudicar a terceros si ese aire es expelido desde los aparatos acondicionadores de ciertos despachos de muy altas magistraturas del Estado?
¿Qué populismo? ¿El de las promesas y los programas electorales? ¿El de los debates televisados de candidatos que negocian sus guiones con sus periodistas de cabecera, a tanto el artículo y “esa pregunta no toca”?
¿Populismo, dicen? ¿El del viento que agita banderas o el del miedo que obliga a ocultar banderas? ¿El de las “nacionalidades históricas” o el de las “Naciones que han olvidado su Historia”?