METONIMIAS (MÁLAGA, 1994-1996)

 

Así también tú como yo

puedes adaptarte a cada lectura

en los tiempos de cada verbo

y a través de sus inscripciones vagas,

que no reconstruyen ninguna memoria ni deseo,

sabes de nuestras personas irreconocibles

allí donde cada lectura nos cansa y deteriora.

 

Esta presuposición inagotable

de todo cuanto en nosotros pudo ser contenido

no ofende más que el tiempo irreparable

de una búsqueda insensata,

a través de rostros semejantes y diferentes,

a través de atardeceres comunes y calles comunales,

a través de cristales oficiosamente desamparados.

 

Nuestra llama no inventa estas metonimias,

pero ocultos sobrevivimos

en esos fragmentos opacos,

sin la tenacidad de su poder adherido

a nuestros cuerpos vacíos.

 

Cada acto desmemoriado

no funda más que la ausencia

y si miro un cielo tendido

sobre cristales rotos

cada estrella señala una espera

no consumida que devuelve deudas sin afrenta.

 

Y así qué lenta es la noche

cuando nadie la acompaña,

con palabras, sueños o deseos,

esas materias traidoras de que hacemos

lo irreal de esta presencia sin nombre,

más fuerte que la nuestra junto al mundo de los otros.

 

Contra esa vagorosa ausencia

imprecada de deseo escribo,

porque conozco también la noche

cuando detiene ese dolor diferido

con que llama del otro lado la memoria

y sustituye el nombre de las cosas.

Deja una respuesta

Por favor, inicia sesión con uno de estos métodos para publicar tu comentario:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s