“Cómo llenarte, soledad,
sino contigo misma”
LUIS CERNUDA
Cómo llamarte
sino la soledad que acoge todo:
al náufrago y al suicida,
al hombre sin dios y al dios sin hombre,
al enamorado y al que ha perdido su fe en el amor.
Cómo llenarte, soledad,
sino nombrándote cuando todo te pertenece
y se hace dentro de ti incansable
con calidez de abrazo irrepetible
y se vuelve a deshacer día tras día
como si nada te perteneciera.
Cómo huir de ese destino
que hemos deseado juntos
o tú lo quisiste por mí,
cuando aún no te conocía en tu reverso desnudo,
y si te hubiera reconocido,
no habría sabido identificarte:
memoria de mi memoria,
carne de mi carne,
frío de mi frío…
Pues ya estabas conmigo
antes de conocerte
y ninguna palabra
podría haberte hecho comenzar a existir,
porque tú eres anterior al exilio
de la mirada en torno a las cosas inútiles,
todas las que debíamos despreciar
para que la vida ya juntos,
solos en nuestra pureza desaprendida,
pudiera ser compartida en la negación del ángel -,
el que jamás vendría a habitar
nuestro pobre paraíso.