Las almas son eternas, son iguales,
son libres, son espíritus, María;
si en ellos hay amor, con la porfía
de los estorbos crece y de los males.
FRANCISCO DE MEDRANO, SONETO XXXII
Herida es el amor tan penetrante
que llega al alma, y tuya fue la flecha
de quien la mía dichosa fue herida.
FRANCISCO DE MEDRANO, SONETO XXXIV
Si he concebido amor de tu belleza, lo confieso, fue en rapto de abandono; con pesar pagaré, el más largo y duro, arrobo tan ingenuo e insensato. Ser me has hecho animal que, perseguido, aguardara tu herida en mi ciega huida; mi osada obcecación ya me maltrae con lucidez insomne y malcontenta. Mi tiempo se desliza hacia una nada, tu imagen más sincera soy y tu espejo; pero helado rencor contra mí mismo me devuelve a la nada de mi origen: sin dar satisfacción ni dulce prenda, en mi ser propio muere amor conmigo.